jueves, 3 de noviembre de 2011

Nueva ola

Siempre se dice, y con mucha razón, que los dos mejores musicales que se han hecho nunca son El último vals y Stop Making Sense. La primera, dirigida por Scorsese y centrada en el concierto de despedida de The Band, es un precioso homenaje a una generación irrepetible de músicos celebrando el funeral de una cosa llamada rock, que desaparecería poco después devorada por la industria musical, la globalización y el consumismo. La segunda, de Jonathan Demme y con unos gloriosos Talking Heads como protagonistas, es la muestra perfecta de las posibilidades ilimitadas del pop como arte, y su capacidad para conseguir, en momentos muy señalados, magia: