Cupido salió a por cerveza y volvió con una botella de whisky barato envuelto en bolsa de papel marrón. Apuntó borracho con su arco al pianista y a la camarera y, sin querer, erró el blanco. Las cosas no salen siempre como deberían. Pero yo sigo aquí, esperándote hasta que la eternidad se acabe.
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1 comentario:
Oh! amores imposibles! Que se lo digan a Lewis Carrol. Este es uno de mis discos favoritos. Bellísima canción.
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