sábado, 28 de febrero de 2015
Hacia la felicidad
Mundo, es usted un hijo de puta. Pero aún así hay una cierta alegría que nunca nos podrá quitar. No una alegría que se expresa con risas o una alegría que nos haga ser felices. Me refiero a una alegría que es tan grande, tan particular, que va más allá del dolor y la desesperación. Es una alegría más allá de toda comprensión. Como el éxtasis que, a veces, nos hace sentir la música.
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