miércoles, 4 de abril de 2012

1999

En el año 2000 no se acabó el mundo, pero muchos desearían que lo hubiese hecho. Los dosmiles van camino de ser recordados como una época negra, superando aquel siglo XX cambalache que nos cantaba Caetano Veloso. No se acabó el mundo pero se acabó la fiesta. Ni siquiera vimos un cielo púrpura premonitorio avisándonos del fin de nuestros días de gloria. La gente empieza a correr despavorida, todo el mundo lleva una bomba encima y la vida se ha convertido en algo frágil. Alguien debió recordarnos que las fiestas no están hechas para durar.

Es curioso que aquella canción apocalíptico-fiestera que escribió Prince allá por 1982 parezca tener tanta vigencia 30 años después. Porque, realmente, los dosmiles han llegado y no hay mucho que hacer para remediar la destrucción que han traído. Excepto bailar el resto de nuestros días. E irnos de fiesta. Como si fuese 1999.


No hay comentarios: